Policiales

¿Qué hizo y cómo funcionó la Policía Local desde su creación?

El Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito publicó un informe sobre el primer año de labor de la Policía Local. En él puede observarse el alcance de la nueva fuerza y sus posibilidades de acción. Buenas y malas de un servicio necesario.

Por Fernando del Rio

Distribución en toda la ciudad pero con mayor resultado en la zona céntrica, capacidad para intervenir en hechos contra la propiedad más que contra las personas, un rol activo en el control de contravenciones y evolución en su ayuda a otras fuerzas de seguridad fueron las características constitutivas de la Policía Local en su primer año de intervención.

Un informe presentado por el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito detalló el rendimiento que tuvo la joven policía y en el que se destacó la labor como una símil Guardia Urbana. Precisamente, al desconocerse el papel asignado a la Policía Local una buena parte de la sociedad le reprochó su carácter e incluso buscó respuestas que jamás hallarían. Ese fue un gran error comunicacional: la gente debe saber que la Policía Local cumple otro servicio, muy diferente al de la Policía Bonaerense o Federal, o fuerzas desplegadas como Gendarmería y Prefectura.

Porque es cierto que en un universo dominado culturalmente por otro tipo de estructuras policiales, el aporte de una fuerza municipal puede entorpecer ciertos intereses y ser siempre cuestionado.

Tal vez la mayor objeción que hoy podría robustecer aquellos reclamos sociales es la falta de experiencia de los efectivos de la Policía Local, ciertos rasgos de actitud “oficinista” y no vocacional en la labor y ausencia de imagen –en ciertos casos – de compromiso. Claro que estos males también se hallan en las otras fuerzas policiales.

Entre octubre de 2015 y septiembre de 2016 se relevaron los operativos de la fuerza local –que, de todos modos, depende del recurso provincial- y aunque se trata de una aproximación a la realidad puede entenderse que el aporte no fue menor en el objeto final de colaboración.

Fueron 778 procedimientos exitosos, es decir aquellos en los que hubo al menos un aprehendido o un elemento secuestrado vinculado a la contravención o el delito. Los delitos contra la propiedad tuvieron el 33 por ciento del caudal de intervenciones, seguidos por las contravenciones con el 16%.

En cuanto a la participación en total, el promedio de los últimos seis meses del período medido fue de 79 por día. Esto significa que por algún hecho o presunción que lo justificara, la Policía Local entró en acción esa cantidad de veces por día.

Tal vez la mayor objeción que hoy podría robustecer aquellos reclamos sociales es la falta de experiencia de los efectivos de la Policía Local, ciertos rasgos de actitud “oficinista” y no vocacional en la labor y ausencia de imagen –en ciertos casos – de compromiso. Claro que estos males también se hallan en las otras fuerzas policiales.

Estos procedimientos policiales tuvieron sus zonas calientes: el micro y macro centro de la ciudad se eleva notoriamente respecto al resto. Y tiene su explicación en que las intervenciones de la Policía Local se derivan del patrullaje preventivo y el control visual. Ante una denuncia por un delito de otras características, quienes acuden son efectivos de la Policía Bonaerense. Por ello, a mayor concentración de personas y comercios, más riesgo de actividad contravencional.

De todos modos, al profundizarse el análisis en los meses que van de abril a septiembre de 2016 también se pudo observar un rol activo de la Policía Local en barrios periféricos. “Los sectores más activos fueron dos, uno comprendido entre las calles Corrientes, Mitre, Belgrano y diagonal Alberdi y el otro delimitado por las calles Rondeau, Bermejo, Elcano e Irala. Hay diversos focos de intensidad intermedia distribuidos en el territorio, aunque la zona norte y sur no presentaron concentraciones destacables”, explica el informe.

Resulta tediosa y poco ilustrativa la descripción de qué hizo en cada una de sus participaciones la Policía Local, ya que pueden encontrarse algunas situaciones menores en términos de criminalidad como emergencias no policiales, disturbios y peleas, conflictos personales, alarmas o actitud sospechosa. Pero lo que no debe perderse de vista es que antes de la existencia de la Policía Local esos hechos existían y debían ser atendidos por la Policía Provincial, con la consecuencia de un resentimiento natural en los recursos necesitados en urgencias delictuales más graves.

La problemática de la violencia de género fue atacada también al crearse una Unidad Temática dentro de la fuerza, lo que permitió en 6 meses –de abril a septiembre- cerca de 1.600 intervenciones. Es cierto que en esta estadística una gran mayoría de los casos no terminó con episodios de violencia física hacia la víctima, pero tal vez en ello tenga vital importancia la presencia disuasiva de la Policía Local.

Asimismo las cantidades mensuales (períodos comparables de 28 días) de visitas de la Unidad de Violencia de Género de la PL mostraron consistencia entre abril y julio. En agosto se observa un descenso que se revirtió parcialmente en septiembre del año pasado. La unidad temática de Violencia de Género funciona con la modalidad de visitas preventivas calendarizadas a víctimas de violencia de género a las que se les haya entregado un botón de alerta.

Fuentes

Para conformar el estudio, la CEMAED entrecruzó algunas fuentes de datos para construir el panorama general de la labor de la Policía Local en su primer período de acción con posibilidad de ser medido. Tomó los partes únicos relevados por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, los datos de llamados al 911 y el registro del Sistema de Registro de Novedades y Actividad de la Secretaría de Seguridad Municipal.

La Policía Local llegó, en su formato actual, para complementar a las demás fuerzas de seguridad o, mejor aún, para ocupar un rol operativo que estaba descuidado: la prevención y el control de contravenciones.  Es decir, su campo de acción, no físico ni geográfico sino estratégico, fue limitado a la etapa embrionaria del delito grave. Dicho de otra manera, la persuasión por medio de la presencia uniformada en la calle. Una especie de espantapájaros del orden, dicho esto sin ningún ánimo peyorativo porque el alerta preventivo es un elemento clave para la disminución del delito. Se las llama, Policías de Proximidad.

En esa idea, la Policía Local fue distribuida –según informa el CEMAED- en 12 áreas de despliegue fijo de Mar del Plata y, pese a los cuestionamientos de la sociedad e incluso a las mofas (se los emparenta con los “pitufos” por su color azul y por la creencia de que, como cualquier dibujo animado, carecen del temple para afrontar una situación extrema), su resultado puede entenderse como positivo.

Hay una realidad estadística irrefutable y que, en algún punto, obedece a mayor personal uniformado en la vía pública: Mar del Plata vio descender en un 50 por ciento sus homicidios el año último.

En muchos prevalece el desacertado concepto que la Policía Local es como una fuerza iniciática para quien desea una carrera policial. Puede que con el tiempo puedan entenderse estas iniciativas de prevención como especialidades y que se transformen en determinantes en términos de complementación con otras fuerzas.

Este es el informe completo publicado por la CEMAED:

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